La Administración estadounidense ha intensificado su presión sobre el gobierno de Venezuela, desplegando una fuerza naval sin precedentes para controlar 18 petroleros sancionados que, según informó Axios, serán incautados en cuanto crucen hacia aguas internacionales. Tras declarar al gobierno de Maduro como una “organización terrorista” y ordenar un bloqueo total de los buques sancionados, el mandatario Trump afirmó en redes sociales que Venezuela utiliza el petróleo para financiar actividades delictivas, incluyendo el narcotráfico, y destacó la vinculación de uno de los buques incautados con el contrabando de crudo iraní. Además, la administración planea ampliar las sanciones incluyendo a estos navíos en la lista de “Nacionales Especialmente Designados” (SDN), la cual ahora cuenta con alrededor de 712 embarcaciones a nivel global, 40 de ellas ubicadas en aguas venezolanas. Paralelamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia advirtió que la creciente tensión alrededor de Caracas podría desencadenar consecuencias impredecibles para todo Occidente. Esta declaración se produce tras la confirmación del apoyo de Vladimir Putin a Maduro, celebrado en una llamada telefónica luego de la incautación del petrolero Skipper, marcando el primer gesto significativo de la ofensiva de la administración Trump contra el sector petrolero venezolano. En sus comunicaciones, el mandatario defendió que la presencia masiva de la Armada en el Caribe presionará a Venezuela para que devuelva los activos y recursos que, según él, fueron sustraídos a Estados Unidos, acusación que fue rechazado por el gobierno venezolano, al que se le imputa violar el derecho internacional, el libre comercio y la navegación.
Autor: Iñigo Socías
