En Chile, el mercado de bienes raíces e infraestructura se encuentra en plena reestructuración, apunta GPS Property, una de las consultoras de mayor renombre del sector. Bajo esta nueva dinámica, las grandes empresas han optado por convertir sus activos inmobiliarios en una herramienta de financiamiento, vendiéndolos y, al mismo tiempo, firmando contratos de arriendo a largo plazo para seguir utilizándolos. Joaquín Brahm, gerente general de la firma, explicó que, si bien anteriormente la propiedad directa de inmuebles era un beneficio crucial para estos conglomerados, hoy se prefiere liberar recursos y concentrarse en su actividad principal. Entre los ejemplos citados se encuentra la venta del edificio de Telefónica, donde la compañía mantiene la operación de sus oficinas mediante arrendamiento, así como la transacción del centro de distribución de SMU, asegurado por un contrato que se extiende por 20 años. Asimismo, empresas como Falabella y Walmart han adoptado este esquema, mientras que en el ámbito de infraestructura, compañías como Entel y GTD han vendido activos como antenas, redes de fibra y centros de datos, manteniendo sus operaciones a través de arrendamientos. Brahm subrayó que, en contraste con el pasado —cuando se realizaban una o dos operaciones anuales— hoy se observan entre cuatro y cinco transacciones, generalmente de gran envergadura, con valores que superan los 10 millones de dólares. Este fenómeno se ve favorecido por la creciente liquidez de los mercados de capitales y el interés de inversores institucionales, que buscan activos inmobiliarios que aseguren rentas a largo plazo. A pesar de este auge en el segmento comercial e industrial, el mercado residencial continúa estancado debido a las elevadas tasas de interés y la menor capacidad de pago, aunque la tendencia hacia el uso de deuda privada podría ser un catalizador para reactivar este sector.
Autor: Jorge Rojas